12 de octubre de 2011

De cómo ser una repelente o simplemente tenerlo muy claro

"Cuando Harry encontró a Sally" es una de mis comedias románticas preferidas. La he visto un montón de veces, tiene unos diálogos estupendos, un montón de situaciones cómicas (aunque la más famosa siga siendo la del simulacro de orgasmo de Sally en un restaurante), el mejor Billy Cristal en el cine (por cierto, habéis visto qué cara de señora se le está poniendo a este hombre con la vejez!!!) y toda una reflexión sobre las relaciones entre hombres y mujeres: la posibilidad o no de que entre ambos haya una amistad sin "nada" más, que me parece muy "producto de su época" (finales de los 80).

En mi opinión, Meg Ryan nunca estuvo más graciosa, marisabidilla y encantadora que en esta película aunque, por supuesto, entiendo que para muchos resulte demasiado pedante. Sin embargo, a mí me hace muchísima gracia, y me siento muy identificada con el personaje al que interpreta en una secuencia como la que a continuación sigue, una situación que he vivido en muchas ocasiones. Mis disculpas a los camareros a los que he frito con mis especificaciones pero, qué le voy a hacer, yo al igual que Sally, simplemente "Lo pido como a mí me gusta" (lo siento, pero sólo lo he encontrado en inglés):





Para mí, al igual que para Sally, es muy importante las cosas servidas "aparte". Prefiero un plato principal servido con un acompañamiento "aparte", tanto en un restaurante como en casa.  En la secuencia, Sally pide la ensalada del chef (la que aquí llamaríamos "la de la casa") con el aliño aparte; y el postre, una tarta de manzana con helado, también aparte. Y además del sabor que le gusta y de la forma que le gusta. La experiencia de cualquier ensalada, por ejemplo la típica "ensalada diplomático", puede variar muchísimo si te la traen chorreante de salsa mayonesa o salsa roquefort, o si añades tú la salsa en la proporción que más te guste. Y por ejemplo, yo soy una clásica, y me gusta que cuando pido brownie el helado sea de vainilla, y no el que le parezca al cocinero en ese momento o el que quieran dar salida porque no lo pide nadie. ¿Manías? Puede ser. ¿Ganas de hacer la puñeta? En serio que no. Simplemente, sé cómo me gusta y así lo pido, y si no puede ser, prefiero no tomarlo.

Por cierto, en la famosa secuencia del orgasmo, Harry está tomando el típico sandwich de pastrami (abstenerse de pinchar en el enlace los vegetarianos) de Nueva York. Se suele servir con ensalada de col y con unos maravillosos pepinillos extra-large (a los neoyorquinos les encantan los pepinillos, seguramente por sus raíces centroeuropeas). No dejéis de pedirlo si vais a esa increíble ciudad y si queréis experimentar uno de los sabores más genuinos de la Gran Manzana. Y si puede ser en Katz's Deli, mejor que mejor. Eso sí, mejor hacerse a la idea de que no vas a coincidir con Woody Allen almorzando en una de sus mesas. Aunque todo es posible en Nueva York.






23 de septiembre de 2011

Las tartaletas de almendras de Cyrano

"Cyrano de Bergerac" (Jean Paul Rappeneau, 1990) es una película fascinante tanto por el texto, que respeta el original de la obra de Edmond Rostand, como por la exquisita puesta en escena de Rappeneau y, por supuesto, por las interpretaciones inolvidables de Gèrard Depardieu como Cyrano, Anne Brochet como Roxanne y Vincent Perez como Christian.

La vi por primera vez de estreno en los cines Alphaville de Plaza de España, cuando aprendía francés en el instituto. Salí del cine totalmente transportada por la historia romántica, tan bien contada, tan sentida. Tenía 17 años... Después se convirtió en una de esas películas, grabadas en VHS de la 2 cuando emitían cine europeo de madrugada en V.O.S., que no me importaba ver de vez en cuando.

Una de las secuencias que más me gustan es la del pastelero Raguenneau, el dueño de un obrador de pan y dulces con ínfulas poéticas, a costa de las cuales los poetas que no tenían donde caerse muertos, se hartaban de pasteles, confites y otras delicias, aunque tuvieran que soportar unos ripios no demasiado inspirados por parte del pastelero. En la trastienda de la pastelería, Cyrano escribe las cartas y poemas de amor que jamás entregará a su prima Roxanne, y es allí donde Roxanne va a buscarlo para confesarle que está enamorada de Cristian, un nuevo cadete de la compañía de Cyrano, y a pedirle que lo proteja. Cyrano, claro está, no puede más que prometerle a Roxanne que así lo hará.

 Si quieres ver el inicio de la secuencia, en francés, está aquí (YouTube no deja insertarla en el blog)


















A continuación, la receta original (en francés y en verso) que aparece en la película, en dicha secuencia:

"Battez, pour qu’ils soient mousseaux,
 Quelques œufs ;
 Incorporez à leur mousse – Un jus de cédrat choisi;
 Versez-y
 Un bon lait d’amandes douces;
 Mettez de la pâte à flanc dans le flanc
 De moules à tartelette ;
 D’un doigt preste, abricotez
 Les côtés ;
 Versez goutte à gouttelette
 Votre mousse en ces puits, puis
 Que ces puits
 Passent au four, et blondinent,
 Sortant en gais troupelets,
 Ce sont les tartelettes amandines!"

Y aquí, la traducción aproximada:

"Bata para que estén espumosos,
 algunos huevos.
 Incorpore a la espuma
 el jugo de limón seleccionado.
Vierta una buena leche de almendras
 y coloque la masa de lado a lado
 en los moldes de las tartaletas.
 Con dedo ágil, albaricoques en los flancos.
 Vierta gota a gota
 la espuma en estos pozos,
 Y después, meta los pozos en el horno.
 Y doradas y felices saldrán todas juntas,
 las tartaletas de almendra!"

Délicieux!

15 de septiembre de 2011

Las tostadas francesas de "Kramer contra Kramer"

Poco después de contarle a mi amiga Julia de París vía Facebook, que había empezado a escribir un blog sobre cine y cocina, ella me contestó que la primera película que le venía a la cabeza pensando en recetas de cocina en el cine o gente cocinando en películas era "Kramer contra Kramer" (Robert Benton, 1979). Y lo curioso es que esa película, adaptación de un best-seller de la época de Avery Korman, no trata ni de cocineros, ni de banquetes, ni de recetas sublimes, sino que es la historia de un divorcio, en el que un padre lucha por conseguir la custodia de su hijo.

Aquella película, que arrasó en los Oscar de 1980 con cinco de las nueve estatuillas por las que competía, las correspondientes a la Mejor Película, Mejor Dirección y Mejor Guión a Robert Benton, Mejor Actor a Dustin Hoffman y Mejor Actriz a Meryl Streep, contenía dos secuencias memorables, que se quedaron en el subconsciente de Julia. En ellas el padre, Ted Kramer (Hoffman), le prepara a su niño un desayuno especial, "French Toast", una especie de "torrijas express" que en Francia se llaman "Pain Perdu".  Julia recordaba que la primera vez Dustin Hoffman lo hace fatal,  pero que al final de la película, se convierte en todo un experto en hacer tostadas francesas.

He tenido la suerte de encontrar esa primera secuencia en YouTube y de volverla a ver, para comprobar que aquello iba más allá a cómo lo rememorábamos. Lo que comienza como una secuencia de humor, con un Dustin Hoffman deseoso de agradar a su hijo y de resultar simpático y a la vez seguro de sí mismo, termina convirtiéndose en algo muy diferente, la perfecta visualización de cómo se siente ese padre superado por las circunstancias, que debe rehacer su vida, y que debe aprender de verdad y sin apoyos lo que significa la crianza y la educación de un hijo. Un estupendo ejemplo de economía en la escritura, puesta en escena e interpretación, pero con unos resultados de enormes repercusiones dramáticas. Una secuencia así es lo que realmente diferencia a una película más de una gran película, como ésta que os invito a revisar o descubrir.



Y ahora sí, la receta de las "tostadas francesas" (de pequerecetas.com, que os recomiendo a los que busquéis ideas para cocinar para niños):

Ingredientes:
  • 10 rebanadas de pan de molde
  • 2 huevos
  • 1/2 taza de leche
  • canela en polvo o azúcar glass
  • Mantequilla
Preparación de las tostadas francesas:
Batimos los dos huevos con la media taza de leche y mojamos el pan de molde ligeramente en esta mezcla. No lo dejamos mucho porque se puede deshacer.
Calentamos mantequilla en una sartén o plancha y freímos las tostadas hasta que queden doradas por ambos lados. Finalmente espolvoreamos ligeramente con canela en polvo o azúcar glass.
Puedes servirlas solas o acompañadas de miel o mermelada y fruta fresca de temporada…

Un saludo a Julia!






4 de septiembre de 2011

"El festín de Babette" (Gabriel Axel, 1987)


Inauguramos este blog dedicado a la gastronomía y el cine recordando la película del danés Gabriel Axel, "El festín de Babette". Se trata del primer filme que ganó el Oscar a la Mejor Película de Habla Extranjera para Dinamarca, y es una adaptación libre del breve cuento de Isak Dinesen, seudónimo de la baronesa Karen Blixen, a la que encarnaba inolvidablemente Meryl Streep en "Memorias de África".

Su director, Gabriel Axel, es autor también del guión, que cuenta la historia de dos hermanas, bellas y virtuosas, que viven en un pequeña aldea aislada de la costa oeste de la península de Jutlandia y que, a pesar de ser cortejadas ambas en su juventud, deciden quedarse solteras para cuidar de su padre, un severo pastor luterano, líder de la sobria comunidad donde viven. Al cabo de los años, el padre fallece y ellas continúan con la labor del pastor en la aldea, prestando su ayuda siempre a los ancianos y los más necesitados. Una noche de tormenta, una extranjera llama a su puerta. Es Babette, una mujer francesa, recomendada por un antiguo amigo de las hermanas, que pide refugio pues ha huido de la represión de la Comuna de París. Babette se ofrece como criada y cocinera a cambio de su hospitalidad. Después de catorce años a su servicio y de adaptarse por completo a las austeros hábitos de las hermanas, Babette les pide que la dejen preparar una cena especial en honor al centenario del nacimiento del pastor, empleando para ello el premio de la lotería que ha descubierto que ha ganado en Francia. Los miembros de la parroquia, que han perdido la paz desde la ausencia del pastor, dudan de la idoneidad de una celebración fastuosa, pero Babette consigue salirse con la suya y los platos son tan deliciosos, que pronto entre los invitados se recupera la concordia. Las hermanas temen que este festín sea en realidad un gesto de despedida de Babette, pero la francesa las sorprenderá una vez más.

El último tercio de la película está dedicada a todos los preparativos que realiza Babette, interpretada por la francesa Stéphane Audran, para elaborar el exquisito menú, para el que no repara en utilizar todo tipo de ingredientes, que encarga que le traigan a la remota península desde Francia: los mejores vinos y champanes, carnes, pescados, caviar, quesos, frutas exóticas... e incluso una tortuga para preparar una de sus especialidades. Babette mima cada plato del suculento menú, e incluso alecciona a dos ayudantes para que hagan las veces de camareros y sumiller durante la cena, que disfrutan embriagados los invitados, las hermanas y la propia Babette. Es cuando se descubre que en realidad la francesa fue la famosa y reputada chef del Café Anglais, el mejor restaurante de París.



Gracias al blog Los ladrones de palomitas apuntamos el menú del festín:
  • Sopa de tortuga, acompañada por un vino amontillado.
  • Caviar y Blinis Demidoff, regados por un champaña Veuve Clicquot de 1.860.
  • Codornices en sarcófago: codornices rellenas de trufa negra y foie, reposadas dentro de un volován, con salsa de vino Clos de Vougeot cosecha de 1.845.
  • Ensalada de endivias, nueces y lechuga con vinagreta francesa, escoltada por el mismo vino.
  • Selección de quesos franceses, entre ellos roquefort y camembert.
  • Tarta de cerezas, frutas confitadas y lícor.
  • Fruta fresca : higos, dátiles, uvas y piña.
  • Café molido para la ocasión y, como digestivo, un soberbio Marc Vieux Fine Champagne ( lo que conocemos como Marc de Champagne).

En este otro enlace, procedente de una web dedicada a la figura de Karen Blixen (una escritora que desde aquí os recomiendo, no sólo por sus memorias "Lejos de África", sobre sus años en una plantación de café en Kenia, que se retratan en la famosa película de Sydney Pollack, sino especialmente por sus cuentos cortos) se explican las recetas para elaborar los platos del menú (en inglés), representantes de la cocina francesa tradicional y cuya elaboración no resulta precisamente sencilla. Eso sí, se añade una variación de la sopa de tortuga para vegetarianos, que es muy de agradecer.

Toda una delicia para los ojos y también para el paladar.